Triathlon Alpe d’huez

Vamos a por una experiencia nueva. Competir cruzando fronteras en un triatlón especial, subiendo un puerto mítico como es el de Alpe d’Huez. La dureza de la prueba se contrarrestaba con la espectacularidad del paisaje y del recorrido. Distancias diferentes 1,2 km nadando, 30 en bici y 7 corriendo. Para mi ideal, correr es lo peor y ver que es una distancia corta ayuda.

Afronto la prueba con ganas y motivada pero con mucho respeto por su dureza. Motivada, sin presión pero con expectativas de quedar delante y con la seguridad de que salga una buena bici que es la clave de la prueba. Me encontraba fuerte aunque algo mareada o chafada por la altura, como se nota!

Lo peor llegó cuando me metí en el agua, sabía que estaba fría 14º pero…hasta que no la tocas…ni te imaginas lo que te espera. Frío no, lo siguiente! Me meto en el agua pero no soy capaz de controlar respiración! No puedo nadar así, soy incapaz de coger aire sin meter aún la cabeza en el agua, qué horror! Por supuesto, los pies, las manos y parte del cuerpo ya ni lo sentía! Quedan 2 minutos para empezar la prueba, 1.000 personas en el agua esperando orden del juez y yo empiezo a preocuparme por mi dificultad de respirar. Qué hago? Abandono? Si no puedo ni empezar? Se me caen las lágrimas de la impotencia e intento relajarme, los nervios y la angustia no me ayudaban nada. Parece que entro en calor y esos dos minutos me han servido para dominar la situación. Sin sentirme del todo segura pero…empezar iba a empezar. Encima, en mi línea de competidora, me pongo delante del grupo. Arriesgándome a que mil personas me pasen por encima, jaja!

Empieza la prueba, ya estamos nadando y a pesar de ir perdiendo sensaciones por el frio, puedo respirar (justita) y bracear aunque sea por instinto, me llevo golpes pero soportables. Esto está hecho, una vez veo que puedo ir completando el sector de la natación ya lo otro no me preocupaba tanto. Salgo del agua junto a Sara Pérez, todo un lujo, y por lo que me grita el público cuarta chica. Cogemos la bici y hasta pie de puerto lucha constante con Sara, 15 km que nos dejamos la piel yo creo que sin ser consciente que lo más duro está por llegar. Efectivamente, empieza el puerto y ahora es cuando toca sufrir, con todo puesto desde la primera rampa, calor y sufrimiento toca activar el ON en la cabeza porque las piernas ya empiezan a quedarse sin batería. Una hora de agonía! Sin tregua, sin descanso, sin posibilidad de recuperar, molinillo y con tentación constante de poner el pie en el suelo. Sara se queda atrás en la tercera curva pero el tercer puesto duraría poco, no me pasan ni una ni dos, sino hasta 4 chicas! Lo peor, que me pasan como galgos y yo imposible reaccionar ante los adelantamientos. Tal y como llegan se van sin poder mantenerme a su altura ni un metro. Como suben las tías!

Por suerte el ascenso llega a su tramo final, llego a la T2 exhausta pero sorprendentemente las piernas me responden mejor de lo que esperaba, no puedo ir a más pero tampoco voy a menos, mantengo mi 7ª posición hasta el final y cruzo línea de meta satisfecha por ser la 2ª española pero con un sabor agridulce en cuanto a sensaciones. Difícil de explicar, sufriendo mucho pero con la cosa de que te ha quedado algo por dar. Repetiremos el año que viene? Ganas que no falten!

 

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