Debutar en categoría Pro en un circuito como el 70.3 de Ironman ha sido un gran paso para mí y un reto que me he propuesto. El que no arriesga no gana! Y por eso estamos aquí.

Llegué a la prueba con un desconocimiento total de lo que me podía encontrar. No conocía a ninguna de las rivales (muchas conocidas internacionalmente, pero yo soy bastante pasota y no estoy nada puesta). Las tres primeras del año pasado repetían cita y viendo los tiempo que hicieron, eran inalcanzables. Eso lo tenía asumido! Lo que no sabía es lo que podía venir detrás: quienes eran el resto, si yo tenía lugar entre ellas, si podía estar luchando por un buen puesto….Siempre te marcas un objetivo, te pones una meta pero la idea o un buen resultado para mí era meterme en el top 10. Suena bien como para empezar.

Un poco perdida con la logística de la marca Ironman (por desconocimiento para mí), sin conocer circuitos (aunque suerte que hice el de bici en coche el día anterior para ver lo que me esperaba) me desconcertaba un poco. Me gusta tener claro lo que me espera, lo que viene y poder gestionar bien toda la carrera paso a paso.

Si tuviera que definir esta carrera seria: “rara”. Desde que se dio el pistoletazo de salida hasta cruzar la meta fui sola, sola completamente! En una carrera de casi 5h, increíble. Y eso me fue desconcertando cada vez más.

Como digo salía sin táctica, sin conocer rivales y me iba a dedicar hacer mi carrera y sobre la marcha, ver cómo iba. Pero desde que empecé a nadar me quedé sola. Salimos con los pros chicos, unos 60 triatletas a la vez. Pues en cuestión de 15 minutos, después de pelearme mano a mano con algún triatleta que desaparecía rápido de mi lado, ya se me había ido el grupo y me vi nadando en solitario.

Salí del agua y corrí por la larga transición que separaba el lago de boxes intentando entrar en calor después de tener entumecidas las manos y los pies de la fría agua del lago (según la organización en el brefing 16 grados, según la organización esa misma mañana 19! Me cuadra más  16 per mis sensaciones). Al llegar a boxes vi que quedaban bolsas y bicis de rivales, última no iba, pero tampoco sabía cómo.

Me subí a la bici con ganas y con fuerzas, pero rápidamente me vine abajo. Era un circuito con desnivel, eso implica subir y bajar. Mi primera carrera con la bici de crono y en seguida noté que faltaban horas de rodaje en ella y mucha técnica. Si además de la poca agilidad con ella le añades el miedo que tengo bajando, debido a mi caída del año pasado, la pérdida de tiempo en este sector fue importante.

Me pasaron dos chicas en los primeros 20km que ni siquiera pude oler su rueda. Las dos demostraron tener una agilidad tremenda y cogían las curvas sin moverse de posición y sin frenar, a diferencia de mí. Eso me hizo venirme abajo y darme cuenta que no podía estar luchando con las mejores y eso que la bici es mi punto fuerte. Decidí cambiar el chip y dedicarme hacer mi carrera, pedalear con confianza y disfrutar del circuito, en la medida de lo posible, sin agobios! Precaución bajando y cabeza.

Una sensación rara porque notaba que iba más fresca de lo normal e intuía que no estaba dando lo mejor. Eso me permitió bajarme de la bici, a pesar de la dureza, con las piernas aún frescas. Me puse a correr con ganas, encontrándome mejor que nunca, pero con una sensación de soledad en cuanto al resto de mis rivales. Pasar de estar luchando en todos los halfs para no ser alcanzada por las perseguidoras y verme en Aix de Provence corriendo ágil pero sin rivales cerca ni por delante ni por detrás. Sí que es cierto que adelanté a 2 chicas en la segunda vuelta pero eran dos que estaban ya fuera de carrera, tanto una como la otra se retiraron e iban andando cuando las pase.

Una sensación agridulce el cruzar la meta fresca, con muy buenas sensaciones físicas en la media maratón (la mejor en un tri que he hecho hasta ahora) pero sin saber ni cómo ni a cuanto había quedado del resto.

La satisfacción de ser finisher no te la quita nadie y menos en una prueba tan dura. Era mi estreno como Pro, en el circuito Ironman y estaba muy orgullosa de poder estar ahí. Las mejores sensaciones fueron una vez finalizada la prueba, al estar esperando en meta a mi pareja, Javi, al ver que aún iban llegando rivales detrás de mí y que al final había conseguido un 7º puesto! Esta muy bien, no solo lo digo yo, sino gente de mi alrededor, gente entendida del mundillo y medios de comunicación del sector que saben lo difícil que es estar luchando ahí. Pues con eso me quedo.

Gracias a los que me han ayudado a poder dar este paso, confiando que se el principio de un largo y próspero camino. A mi club Where Is The Limit? Por apoyarme y a las marcas que me ayudan: Triathloning, Laica y Por tu bienestar.