TRIATLON BILBAO

A veces cuando menos te lo esperas…es cuando mejor salen las cosas!

Diez días solo antes de la fecha me llaman de la organización del triathlon de Bilbao (Joel de innevento sports) para invitarme a su carrera. Ya me lo habían dicho hacía meses pero rechacé la invitación por verlo muy justo en el calendario. Pero el volverme a llamar y con tan poco margen me hizo lanzarme y darles el ok! Después de haberlo consensuado con mi entrenador, claro! Y con mi pareja, que a pesar de tampoco entrar en sus planes y a falta de tres semanas para su objetivo de la temporada, su primer Ironman, una vez más, antepone mis planes a los suyos y de paso competir también y así seguir sumando entreno.

Fue confirmar mi asistencia y las cosas se empezaron a complicar. Comunico en el trabajo lo de mi carrera para que me dieran fiesta el viernes y me dicen que no! Que no me pueden dar fiesta, que no se pueden hacer tratos de favor! Así que la única solución que me dan, para poder irme ese viernes, es quitarme las horas de todos los viernes. Sorprendente, pero cierto! Ni el hecho de trabajar en un gimnasio te ayuda a que te faciliten las cosas para seguir con tu carrera deportiva! Con todo el dolor y con las consecuencias que me puede suponer eso económicamente, decido ir a Bilbao y seguir luchando por lo que quiero, pese a quien le pese.

Además de eso, un pinzamiento cervical me impide nadar esa semana y trabajar y entrenar con normalidad. Me levanto el mismo sábado con bastante molestia aún y dificultad de movimiento. Pensé que no iba a ser capaz ni de nadar pero supongo que una vez te pones, se pasan todos los males, por suerte!

Una de las pruebas con más nivel nacional que me he encontrado hasta ahora. Y con alguna presencia de triatletas internacionales que salían en el cartel de favoritas. Cartel en el que yo no aparecía. Por una parte mejor, “pasando desapercibida como a mí me gusta!”, pero quería estar ahí.

El día pintaba espectacular, buen tiempo, ambientazo increíble y salir a las 13.30h evitando madrugones y con las pilas ya cargadas. El agua de la ría menos fría de lo esperado así que de lujo. Iba con una idea clara, darlo todo en la natación y en bici, sabiendo que en correr tenia las de perder con mis rivales. Y así lo hice.

Desde los primeros metros de la natación me separé del grupo marcando la cabeza de carrera con Dolça. Natación limpia y con buenas sensaciones desde el principio. Dolça se me escapa unos metros desde el inicio, “como siempre” pero a diferencia de otras veces la distancia no sigue aumentando y la mantengo hasta el final. Eso me da confianza y sentir que el resto se queda atrás también. Llegué fresca y con fuerza a la T1 cruzándome con Dolça que coge la bici pocos segundos antes que yo. Una transición muy mala, al ver que las gomas se habían soltado y las dificultades para subirme a la bici (eso me pasa por probar botas nuevas en carrera) hace que pierda algunos segundos pero a la vez que la rabia por eso me haga salir fuerte.

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El primer quilómetro ya estaba marcado por una buena rampa para salir de Bilbao centro y mi sorpresa es que Dolça estaba ahí aún, pedaleo para que no se me escapara y veo que no me cuesta alcanzarla. En ese momento decido ponerme delante y que sea ella la que tenga que cuidar la distancia de seguridad. Yo como nunca me veo en situaciones así (casi siempre voy bastante sola en el tramo ciclista) no tengo claro cuánto son 12 metros así que prefiero ir delante y que eso no me pueda penalizar.

Pensé que Dolça vendría pegada pero en el giro de los 20km aproximadamente veo que le había sacado un trozo y que la tercera ni se acercaba, eso me dio mucha confianza y también mantener un ritmo fuerte arriesgándome a pasarme de vuelta.

Es cierto que me encontraba fuerte y que tuve muy buenas sensaciones tanto subiendo como bajando pero al empezar la segunda vuelta empecé a sufrir más de la cuenta, quizás porque me había pasado con la intensidad. El cansancio fue en aumento hasta el punto que llegue a creer que no iba a ser capaz de correr ni un solo quilómetro.

Verte en cabeza de carrera motiva mucho, y más cuando no imaginaba que podía estar ahí aunque saliera bien del agua. En el punto de giro de la segunda vuleta vi que las posiciones habían cambiado y que ahora mi perseguidora era Gurutze. Por una parte mejor, si alguien tiene que venir más cerca que sea una que me machaca corriendo. Ella no me preocupaba, desgraciadamente se que esta por delante y que antes o después me pasaría. La tercera seguía siendo Dolça pero aún más lejos que en la primera vuelta. El ritmo me estaba matando pero a la vez me iba viniendo arriba de ver cómo iba la carrera.

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El cansancio era tal cuando encaré el último km de bici que la T2 fue un aterrizaje forzoso acabando en el suelo. Las piernas ya ni me respondían! Pero sorprendentemente empecé a correr y lo hicé con dignidad y ritmo del que pensaba! El ambiente que había ayudó mucho a que me viniera arriba. Nunca he vivido nada igual! Ni un metro de calle sin gente animando, los 21km de la carrera a pie.

Correr así da gusto y es mucho más fácil. El público y ver que la tercera no venía cerca, en ninguna de las tres vueltas (Gurutze me paso a los 3km de carrera) hizo que mi ritmo no fuera a menos y pude cruzar la meta en 2ª posición.

Una de las carreras más bonitas que he hecho hasta ahora por todo lo que he vivido en Bilbao antes, durante y después de la carrera. Carrera luchada y sufrida pero con un resultado extraordinario. Espero que esto me haga venirme arriba y seguir mejorando día a día.

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